La universidad virtual, ¿el inevitable futuro de la educación superior?
Autor: Andrés Núñez
La educación superior colombiana se prepara para ofrecer programas académicos en la modalidad virtual, algunos de ellos ya ofertados y desarrollados en ambientes informáticos estandarizados como Blackboard Backpack, que es el más utilizado.
Sin embargo, ¿están las universidades preparadas para la articulación de productos tan masificados como las redes sociales? La misma pregunta se está formulando a las instituciones mexicanas de educación superior, donde la penetración de internet ha sido importante aunque a paso desacelerado en el último año.
El director institucional de investigación e innovación tecnológica de la Universidad del Valle de México (UVM), Eduardo García, señaló como primer panorama que “tecnologías como Facebook y Twitter pronto se convertirán en medios de comunicación de facto, por lo que las universidades deben buscar que fluyan de manera natural con sus estudiantes y articuladas en la academia”, según referencia el blog Educación café.
“Debemos considerarlas como un paquete de herramientas que impulsa y motiva el aprendizaje en el ámbito que hoy en día los jóvenes están buscando alta colaboración, aprendizaje de pares y altamente conectados”, agregó García, puesto que la misma dinámica de estas redes siempre ha estado dirigida al uso informal y poco planeado de estas herramientas en la cotidianidad. “Son tecnologías al alcance de cualquiera y deben fluir de manera natural en la estructura académica”.
Pero el que las redes sociales hagan presencia en la formación virtual no le quita el protagonismo al ejercicio mismo de capacitarse mediante el acceso a una plataforma informática, dejando a un lado el sistema presencial. Un ejemplo claro de esa práctica es la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la primera online en el mundo.
La institución ofrece un ambiente personalizado y que hasta el momento ha graduado a alrededor de 22.500 estudiantes de pregrado alrededor del mundo y su éxito le ha valido para comenzar a ofrecer másteres adaptados al Espacio europeo de educación superior (Eees).
La academia virtual pionera en Colombia es la Fundación universitaria católica del Norte, que fue creada cuatro años después que la UOC, en 1998, tras crear la primera versión del software propio que comenzó a implementarse con los programas aprobados de Licenciatura en Filosofía y Ciencias Religiosas, Licenciatura en Educación y Comunicación Social.
A esta iniciativa ya se suman las de formación continuada, técnica y tecnológica de instituciones como el Servicio nacional de aprendizaje (SENA) y la Pontificia Universidad Javeriana, por mencionar algunas en las que, al parecer, el proceso de articulación de los profesores se ha dado de manera positiva, situación que para García puede no ser tan sencilla en el caso de México, por lo que calificó como el cambio del paradigma docente de “migrante” digital a aquellas personas que no crecieron y se desarrollaron con las actuales tecnologías de información y comunicación-.
Al revisar el contexto colombiano, se puede adelantar que escenarios como las regiones apartadas de las grandes ciudades, y públicos como trabajadores y estudiantes de bajos recursos, son los que darían mayor protagonismo a la educación virtual en el país. Además, la nación cuenta con una historia importante en el desarrollo de mecanismos de educación a distancia como lo fue en su momento el “Bachillerato por radio”.
No obstante, se habla de un modelo educativo que requiere el uso de internet y la penetración de la red en el país apenas está comenzando a crecer. De hecho, un reciente estudio de la consultora Everis señala que Colombia es el último país en el ranking del Índice de la Sociedad de la Información (ISI), aunque afirma que el crecimiento del 0,4% implica que es el país con mayor crecimiento en la penetración de internet dentro del escalafón que manejó la empresa, y es el tercero con mayor penetración después de Argentina y Uruguay.
El gasto en TICs, pese a ser bajo en comparación con Latinoamérica (317 dólares anuales por persona), ya comienza a dar frutos, al tiempo que es valorable la tarea que realiza el gobierno en extender las redes de Internet a zonas apartadas del país, pues todo esto no sólo permite un mayor acceso a la red sino que facilita también la incursión a la educación superior.
Contar con estas herramientas será clave para el futuro si se tiene en cuenta el estudio que Google presentó en días pasados, el ‘Google’s Green Computing: Efficiency at Scale’ en el que se compara algunos servicios del gigante de Internet frente a otros métodos y concluye que la llamada nube puede ser aún más eficiente que otras alternativas tradicionales, lo que lleva a pensar en el inevitable consumo que se hará de estos servicios.
Así las cosas, puede que en algunas zonas del país sea necesaria una inversión adicional, dirigida esta vez a equipar, de forma adecuada y adaptada a las necesidades académicas, a las distintas regiones que comiencen a recibir la conexión de Internet. Y entonces, la pregunta a futuro podrá ser si el estado estará dispuesto a realizar esta inversión adicional.