SMART LEARNING: del e-reading al e-learning
Smart learning: working smarter
Por qué utilizar las herramientas de la web social en el trabajo
Parece que muy lentamente las organizaciones van tomando conciencia de que, en un entorno económico y social cada vez más complejo, la movilidad, la diversidad y la flexibilidad son fundamentales para hacer frente a la globalización, a la competencia cada vez más grande y a la aceleración de los cambios.
Y que este cambio constante de escenario requiere de un aprendizaje permanente para mantener una ventaja competitiva.
En paralelo a esta tendencia ha ido avanzando la innovación tecnológica para el procesamiento de la información, para facilitar la comunicación y el trabajo colaborativo y en el caso de la formación, para ahorrar tiempo y costes en el aprendizaje corporativo.
Esto explica el crecimiento continuado de la demanda de soluciones e-learning para la empresa. Solo basta ver el informe sobreRealidad, futuro y perspectivas del e-learning, publicado por América Learning Mediaa finales de 2011.
Pero en este momento, con honrosas excepciones, creo que las empresas que se dedican a la comercialización y puesta en marcha de proyectos de e-learning han centrado sus esfuerzos en el «empaquetado» de información, en el «almacenamiento» de conocimiento explícito y no en el análisis de los sistemas de transmisión del conocimiento y las tipologías del aprendizaje adulto y tampoco en los recursos de la internet social para facilitar el aprendizaje colaborativo y social.
Expertos en TIC destacan que las Tecnologías de la Información y la Comunicación son eficaces para conectar a la gente, crear una red de expertos para compartir experiencias, discutir problemas e intercambiar opiniones. Pero son poco útiles como dispositivos de almacenamiento de conocimiento, sobre todo de conocimiento tácito o implícito.
Y es que seguramente, como dice Miguel Angel Soto, el aprendizaje en línea es «rizomático, o sea, desmontable, conectable, reversible, modificable y tiene múltiples entradas y salidas y sus propias líneas de fuga».
En el aprendizaje en red no hay necesidad de reconocimiento organizativo o académico. «el modelo rizomático renuncia a la necesidad de validación externa de los conocimientos. La validación del conocimiento adquirido la da el «yo puedo» o el «yo reconozco».
Las estructuras de aprendizaje son estructuras nodales expansibles, sin territorio, son informales, contextuales, abiertas, conectivistas: rizomáticas.
Y el aprendizaje en línea debe ayudar a las personas a conectarse en la empresa y fuera de ella para resolver los problemas del negocio y de su rendimiento profesional con eficacia.
Como dice Jane Hart, las herramientas de comunicación social, o de social learning, son poderosas herramientas de trabajo que ayudan a los profesionales a encontrar y utilizar contenidos útiles para su trabajo, a crear y compartir contenidos que dominan como expertos, a crear redes y comunidades para compartir conocimiento y ayudan también a mejorar la productividad.
Y siguiendo a Harold Jarche, el aprendizaje en línea entre iguales nos debe ayudar a pasar de la cultura de la responsabilidad, a la cultura de la creatividad en el trabajo, de las organizaciones jerarquizadas a las organizaciones en red que favorecen la innovación.
Así que la evolución natural del e-learning pasa por incorporar técnicas colaborativas que den como resultado unidades de conocimiento construidas de forma híbrida por la organización y por los conocimientos previos del participante en el proceso de aprendizaje y que la importancia de esa unidad de conocimiento venga dada por el interés que despierte en los profesionales y las aportaciones que amplíen ese conocimiento que provoque.
Esa es la manera de construir la inteligencia colectiva de la organización, necesaria para disponer de una ventaja competitiva, un valor diferencial basado en el conocimiento de los miembros de nuestra organización.
Fuente: http://lrosilloc.blogspot.com.es